sábado, 22 de agosto de 2009

Sólo era agradecimiento

Antes de ver los corderitos, hicimos un umbral para ella, pudo haber sido satisfactorio, pero simplemente no se arrimó, y se fue corriendo, comprendí que no todo es plano, más bien cuando ella hablaba me comprobaba que no era cierto que el vacío lo era todo, pero se empeñó en hacer que disfrutara a cabalidad su huída.

Sospeché que podría no pasar, la confianza era plena, no habían dudas, siempre que saltaba, yo estaba recogiendo sus lagrimas, quizás ya no quería que las limpiara, pero aún así, me llamaba cada vez que lloraba, no habían palabras, solo el brillo de sus ojos y el temblar de mi cuerpo, estaba fría, pero sentía que cada vez me quemaba con esos respiros fructíferos. Propensa al rechazo incansable del amor, siempre estábamos ahí para sacudir nuestras alabanzas al ridículo, pensábamos que nos llevaría a la felicidad, qué inquietud.

Que amaría? no, eso no fue destinado para nosotras, nunca se presentó, de hecho caminaba y se caía al segundo, no había duración de sentimientos, éramos como ermitaños, aunque si tuvo un amor, nunca lo admitió, pero yo lo leía en su actuar. Siempre me preguntaba ¿qué sería de nosotras sin nosotras? siempre me sacaba una sonrisa de nervios incansables, y aún no he logrado encontrar una respuesta certera, ¿será que me falta tener la seguridad de que ya no existe?

Se ha derrumbado, sé que volverá, porque aún mi cuerpo tiembla, aún vacilo al recitar su nombre, ya no tengo la pasión, esa pasión que utilizábamos al bailar, pero tengo sus lágrimas embalsamadas y nadie logrará evitar que nuevamente me paralice su esplendor, ¿enamoramiento?

No hay comentarios: