Me peleé con los sentimientos y las estrellas,
yo sé que me entienden,
que me sienten,
saben lo que pienso,
pero aún así les discutí.
Les dije una y otra vez que me perdí,
que no podía seguir sin mirarla,
que me aterroriza la idea de no abrazarla,
que la sangre hierve cuando leo,
cuando leo popularidades,
cuando pienso,
cuando me envuelvo,
cuando continúo,
cuando me peleo con la verdad.
Me dijeron que no siguiera,
que era lo correcto,
que de amor nadie muere,
que hay tantos peces como romances,
pero no quiero esos romances,
quiero ese romance elevador de cadáveres.
Las estrellas me hablan,
no las escucho,
son mis amigas,
las admiro,
tienen luz propia y pueden vivir así.
Mi luz son sus ojos,
su besos, sus besos, si no son gloria, son la perfección,
sus brazos, de calor suficiente,
su nariz, por ahí entro y conozco,
su mentón, llamativo, me pierdo,
su piel, vanguardista,
sus manos, pequeñas estimuladoras,
sus palabras, con sabor a naturaleza,
sus frases desvirtuadas,
sus pensamientos indescriptibles,
su color y rubor, que dan brillo,
sus piernas, infinitas piernas,
sus dedos, tan suaves
su cabello, tan descontrolado,
a pesar de todo eso
no puedo describir lo que siento ahora.
Me gusta, es raro, tan de repente,
pero ésto.
No me llenan de seguridad!
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